“El último maestro del aire” es una película llena de acción, efectos, diálogos envolventes; traslada al espectador a un mundo fuera del habitual. La película tiene valor en sí misma y el espectador se vuelve creador de situaciones, de sentidos, de emociones. El individuo se ve obligado a repensar la concepción del mundo y de la vida del ser humano. Lo mítico, lo imaginado, el mundo de lo onírico deja de ser pensado como no válido y emerge como, simplemente, otra forma de conocimiento.
El aire, el fuego, el agua y la tierra, elementos esenciales un mundo, la búsqueda de dominarlos ha llevado al ser humano a sentirse superior a la naturaleza, a querer estar por encima de ella, y por ende a la autodestrucción. El film muestra la importancia de un equilibrio entre estos cuatro elementos, un equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, la concepción del ser y del mundo interrelacionados, y no, nunca separados.
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