jueves, 30 de diciembre de 2010

CONTRAPUBLICIDAD



Publicidad y Capitalismo son elementos que están íntimamente ligados y ambas son íntimamente perversas. El capitalismo pretende la mercantilización del mundo, la transformación de todo lo existente en mercancía. La universalización de la industria cultural y del individuo como consumidor se da a través de la publicidad. La lógica de acumulación de bienes y capitales, así como la cultura mercantil de la “sociedad de consumo” se presenta a cada momento con la publicidad.


Por otro lado la contrapublicidad o antipublicidad, es aquella que altera de forma subversiva la naturaleza mercantilista de la publicidad. A través de elementos estéticos la contrapublicidad busca concienciar a los individuos y contrarrestar el consumismo presentado por el sistema capitalista.


Suelen ubicarse los antecedentes de la contrapublicidad en el Pop Art de los años ’50. Sin embargo, podemos remontarnos hasta 1919, cuando Marcel Duchamp alteró una postal del cuadro “La Gioconda” de Da Vinci, dibujándole un bigote y una perita y retitulándola “Ella tiene el culo caliente”.


Esa acción desafió la obra del genio italiano, abriendo la posibilidad de que otros “anti-artistas” actuaran sobre obras ajenas y las resignificaran, la mayoría de las veces, con mensajes más o menos explícitos contra la cultura dominante.





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